martes, 25 de septiembre de 2007

domingo, 16 de septiembre de 2007

Una aventura de arrocera











Para aquellas personas que les gusta los programas de comida que son exóticos (no los típicos del tipo/a encerrado en la cocina, con la comida ya lista escondida en el horno), me imagino que si cuentan con el canal "travel & living", habrán visto el programa de Anthony Bourdain: No Reservations. Una vez hablando con "el secuaz", llegamos a la conclusión de que no a todo el mundo le debe gustar, ya que el fulano no come siempre en restaurantes "fancy", es más, el tipo es medio malandroso en los sitios a los que va y, además, a veces puede ser realmente odioso. Sin embargo, a mi me encantan precisamente esas características de su programa (además de que hace lo que a mi me encantaría: viajar, beber y comer!). Por eso, cuando me enteré que venía a Venezuela a dictar una charla (lástima que no hubiese sido un programa, yo le hubiese prestado asesoría de los sitios malandrosos de Caracas. Jajajaja!) averigué los pormenores de la misma por internet y le dije al secuaz: ese jueves nos vamos de arroceros al Hotel Tamanaco!!! Por supuesto, yo no iba a pagar los 700 mil Bs. del curso (ni que tuviese un restaurante o me dijesen "Antonini" para gastarme un dinero así como así), así que apelaría al viejo truco de "en serio había que pagar?". Nos enfilamos al sitio y pusimos cara de conocedores. Desde una escalera, observamos a través de una ventana panóramica que se desarrollaba un coctel en una de las terrazas al aire libre del hotel. Bajamos, rezando poder convencer a los que cuidaban la entrada que nos permitieran entrar. Oh sorpresa!!! Los Dioses estaban de nuestro lado: No había nadie controlando la entrada!!! Y lo mejor: Copetines Gratis all night long!!! Ubicamos al individuo, nos retratamos y de verdad la pasamos super. Lo mejor fue conseguir a un amigo de la infancia (el cual sigue en la infancia pues es amigo de la hermanita de una de mis mejores amigas o sea, un infante aún). Una noche especial para todos! Gracias Anthony, por venir a Venezuela (y no entrevistarte con Chávez, como hizo Sean Penn).

...Una Pizza Arabe en Chacao...










Lo bueno de conocer un "secuaz" que trabaja en Chacao, es que se conoce las mil y un taguaras "BBB". En esta oportunidad me refiero a unos árabes que quedan en la Av. Mohedano de Chacao. Quedan apenas a una cuadra del sitio laboral del secuaz, por lo que regularmente acude a sus servicios alimenticios. Como nunca le he oído una queja acerca de ellos (sólo el murmullo placentero de: mmm, hoy almorce arabitoooooos), no me opuse a una invitación a tan peculiar lugar. Lo que más risa me da es el nombre del sitio: "Pizza Zaina". La razón: en el menú jamás he visto ninguna oferta de pizza. Pero como jamás esperé comer una pizza ahí, no tuve mayor tipo de desilusión. El sitio es el propio "ambiente familiar" (por ahí leí que Claudio Nazoa dice que los inventores del "ambiente familiar" son los portus, así que estos libaneses se lo deben de haber copiado), atendido por sus propios dueños: Abuelo y Abuela, Mamá y Papá, Hijo Adolescente con mostacho a lo Cantinflas. Algo muy peuliar es el mesonero: Negrito negrito. Para mi, debe ser haitiano o algo así. Según el secuaz, una vez preguntó y el tipo le dijo: "Soy Africano". Bueno, me imagino que se contagió con el discurso chavista de los "afrodescendientes" y ya no es más "El Negro Arabe". En fin, cosas de la Revolución Socialista del Siglo XXI, que nos hizo perder el placer de llamar con cariño a alguien "Negro/a". El menú es básico pero abundante y con muy buen sabor. Y los precios.... es lo mejor del asunto. Si van un fin de semana en horas de sol, aprovechen y coman ahí. Luego, caminen media cuadra más y se encontrarán una pastelería, con ricos dulcitos y un buen café para merendar. En mi mundo particular de estrellitas de sabor, le doy todas (aún no he hecho la tabla, así que no sé cuanto es el mínimo y cuanto es el máximo).

martes, 11 de septiembre de 2007

Con la Patrona!










Hoy, al levantarme, no tenía ni idea. Al mediodía, decidí dar mi llamada "Vuelta de Calentamiento", para evitar la modorra que siempre sufro después de almuerzo, por lo que enfilé mis pasos hacia los lados del Museo Sacro. Justo en frente de la Catedral de Caracas, fui detenida por un par de Señoras, quienes mientras me hablaban, me colocaban una especie de pin, con la imágen de la Virgen de Coromoto. Al principio me asusté. Me dije: "Estas son las fulanas "barbies" (choras que atacan en el centro de Caracas) y seguro me están echando burrundanga!!" De paso, una de las Señoras me dice (cuando ya tenía el pin adherido a mi camisa): "Esto es para la Virgen y aceptamos colaboraciones de 2 mil Bs." El estímulo de la fe en personas poco prácticantes como yo, genera gastos (cosas del capitalismo salvaje). Como andaba medio paranóica por lo de la burrundanga, obedecí a la invitación de entrar a la Catedral, donde se celebraba una Misa conmemorativa. Más que todo entré por el pavor de que me diera un yeyo y fuese una víctima más del hampa. Al final, fue toda una sorpresa. La Catedral, bellamente adornada con múltiples flores de todos los colores y tamaños y, cerca del altar, la imágen de La Santa Patrona. En verdad me emocioné al ver que era poca la gente ahí reunida, a pesar de que el acto contaba con la presencia de músicos, quienes acompañados por cuatro, arpa, flautas, etc., hacían del momento más especial. Lamentablemente, por cuestiones de hora, no pude quedarme hasta al final de la Misa así que volví de lo más emocionada a mi oficina. Al llegar, eché el cuento a mis compañeros de trabajo y uno de ellos hizo el siguiente comentario: "si, yo vi a las señoras y lo que hice fue esquivarlas. Que fastidiosas eran!" Creo que esa persona no sabe de lo que se perdió. De todas maneras, realicé mi investigación y me he enterado que la fiesta de la Virgen de Coromoto se celebra 3 veces al año: 2 de febrero y 8 y 11 de Septiembre. Tremenda parrandera pues! (Nota: Las fotos que acompañan esta entrada las tomé en la Catedral)

martes, 4 de septiembre de 2007

eL Chino Sin Nombre







Volvemos a los chinos... Pero estos no son unos chinos cualquiera, SON LOS PROPIOS CHINOS! Fue por casualidad que los descubrí. Aburrida un día, leyendo uno de esos folletos que repartian sobre que hacer en Caracas, vi una reseña sobre ellos. Como la curiosidad siempre ha sido mi compañera, uní fuerzas con el secuaz y nos encaminamos. Debo reconocer que al principio estaba algo insegura. Quedan al lado de una tienda de pájaros y al ver tanto chino ahí sentado comiendo, pensé que quizá era un sitio exclusivo para "orientales". Gracias a Dios, mi suposición fue errada!!! Son totalmente comunitarios. Como las mesas son de variados tamaños (y no hay muchas), si te toca la mesa grande, lo más seguro es que tengas que compartirla con cualquier comensal que llegue al sitio (Propiedad Social Comunitaria, como diría Chavez). Por lo que leí en el folleto ya nombrado, se supone que son los únicos chinos mandarines verdaderos de Caracas (cosa que no puedo asegurar pues aunque busqué información por internet sobre ese hecho, no encontré nada). La primera impresión al llegar es ver al cocinero, con un sempiterno cigarrillo en la boca cocinando (así que amigos de la higiene abstenganse de ir). Otra cosa que me sorprendió fue que alteraron la eterna relación Chino-Cerveza: No venden nada de alcohol. Eso si, puedes llevar tu cavita llena de bebidas espirituosas y el dueño no le para. Una vez probé un lagarto a la china, y casi deliro con el sabor, aunque mi plato favorito son las berengenitas salteadas con camarones y arroz blanco!!! Y lo mejor es el precio: BA-RA-TI-SI-MOS!!! Si tuviera que darle estrellitas a este sitio, le daria todas, aunque la pinta sea de lo más taguaresca!!!